Penglipuran: La aldea de la felicidad en Bali

Uno de esos tesoros que podemos encontrar en la Isla de Bali, se encuentra en las tierras altas de interior y se llama Penglipuran. Esta pequeña aldea se resiste al paso del tiempo e intenta mantener un estilo de vida sostenible, con una filosofía de vida en la que el ser humano trata de encontrar la felicidad, manteniendo un equilibrio perfecto entre sus creencias y la naturaleza que le rodea. Penglipuran es ideal para comprender la cultura y las tradiciones del pueblo balinés y en este artículo te lo mostramos con detalle.

CÓMO LLEGAR A PENGLIPURAN

Para llegar a Jalan Penglipuran, desde la zona más turística de Bali (Denpasar, Kuta, Seminyak, etc.), tendremos que realizar un recorrido hacia el interior de la isla en dirección norte. El trayecto es de unos 45-50 kilómetros y dura aproximadamente una hora y media en coche.

PENGLIPURAN: LA ALDEA DE LA FELICIDAD

Cuentan algunas historias que el Rey de Bangli (Uno de los antiguos reinos de Bali), viajaba frecuentemente a caballo o a pie unos 30 kilómetros hasta Penglipuran. La razón de sus viajes hasta la aldea era encontrar la felicidad, a través de la relajación y la meditación. De hecho, una de las teorías dice que el nombre de Penglipuran se cree que significa "lugar de la relajación y entretenimiento". El rey se sentía enormemente infeliz cada vez que tenía que abandonar el lugar. Esta aparentemente extraña atracción se ha mantenido a lo largo del tiempo y se ha extendido hasta sus habitantes hoy en día. Aún muchos de los aldeanos se sienten incómodos e infelices cada vez que tienen que abandonar su casa para dirigirse a otros pueblos o lugares de la isla.

Otra versión cuenta que Penglipuran viene de "Pengeling Pura", que viene a significar "santuario en memoria de los antepasados" y que también podría explicar el porqué de dicho apego. Una simple visita a Penglipuran, quizás no es suficiente para comprender porqué sus aldeanos sienten un fuerte arraigo por la tierra que les vio nacer. Nosotros descubrimos un precioso y cuidado entorno, donde las casas siguen manteniendo la arquitectura tradicional, donde no es posible circular por sus calles con vehículos motorizados y donde la naturaleza es exuberante y está presente en cada uno de los rincones que recorremos.

UNA VISITA A PENGLIPURAN

Comenzamos nuestra recorrido en los alrededores, en Hutan Bamboo Forest, un inmenso bosque de bambú cuya densidad y altura no deja penetrar los rayos del sol. Mientras caminamos vamos descubriendo que el bosque llega hasta el mismo Penglipuran y entramos por una de sus calles laterales hasta llegar a su calle principal.

En el camino también descubrimos grandes extensiones de cocoteros y bananeros, mucho más propicios para estas tierras altas, a diferencia de las plantaciones de arroz que prosperan mejor a menor altitud. No tardamos en llegar ante las puertas de Pura Penataran Desa Pekraman Penglipuran, justo en frente del paseo principal de la aldea.

Cuando te colocas en frente del paseo no es difícil pensar que su cuidada apariencia forma parte de una estrategia para atraer al turismo. Es posible que esto tenga algo que ver pero lo que es seguro es que Penglipuran ha intentado permanecer inalterable durante el paso del tiempo y eso se puede comprobar observando la arquitectura de sus construcciones.

Penglipuran se mantiene fiel a su estilo tradicional aunque algunas construcciones sean nuevas o hayan sido restauradas. Pero quizás, lo mejor de todo es la paz que se respira cuando paseas por el lugar, exento de los ruidos cotidianos que encontramos en cualquier pueblo o ciudad, incluso siendo un lugar frecuentemente visitado por turistas y viajeros que buscan experiencias nuevas, más allá del turismo de sol y playa, aventura, etc.

Pero no solo son extranjeros los que se acercan a conocer Penglipuran. Su belleza también atrae a locales en momentos puntuales de celebración. Tal es el caso que pudimos presenciar el reportaje fotográfico de una pareja balinesa que eligió esta aldea para inmortalizar un momento especial en sus vidas, en este caso su boda.

PENGLIPURAN DESDE LA DISTANCIA

Con el paso del tiempo y la distancia que ahora nos separa de Penglipuran, hemos intentado recopilar información para averiguar cómo consiguen sus aldeanos mantenerse al margen de la evolución que ha experimentado el resto de la isla y porqué se sienten tan felices tal y como son, retrasando el progreso que, habitualmente, lo absorbe todo. No queremos decir con esto que Penglipuran sea la única aldea o pueblo que trata de mantenerse fiel a sus tradiciones, pero si es cierto que es el ejemplo más notable que tenemos sobre esta cuestión y por tanto nos hemos informado sobre ello.

En pocas palabras, su filosofía de vida tiene mucho que ver con sus creencias religiosas, fruto de las relaciones que Indonesia mantuvo con India tiempo atrás y que parten de un concepto hindú conocido como Tri Hita Karana. Este concepto engloba los tres caminos para alcanzar la paz y la prosperidad: Parhyangan (Dios), Pawongan (ser humano) Pelemahan (naturaleza y medio ambiente).

Esta filosofía la encontramos en otros aspectos de la vida en Indonesia, como por ejemplo el cultivo sostenible del arroz. Se trata de mantener un equilibrio entre los tres elementos, siendo el factor medioambiental en Penglipuran las plantaciones de cocoteros y bananeros, así como la conservación del cercano bosque de bambú.

Solo de esta forma se puede entender cómo es posible que Penglipuran sea lo que es hoy en día, que sus habitantes hayan conseguido alcanzar la felicidad en su pequeña aldea y que se sientan extraños e infelices cada vez que tienen que alejarse de ella por cualquier motivo. Estamos ante otro ejemplo de que se puede llevar una forma de vida sostenible, sin necesidad de seguir la corriente que nos marca el progreso y la modernidad. ¡Un saludo viajeros!