Tras la visita a los templos de
Angkor en el 2009 decidí que tenía que
conocer más sobre este
bello país y en 2011 estaba regresando para visitar, entre otros lugares,
Phnom Penh, capital de
Camboya. Esta vez entramos por aire a través del
Aeropuerto Internacional y tras realizar los trámites previos, visados y demás
requisitos burocráticos se abrió ante nosotros una
nueva ciudad asiática para descubrir.
Al igual que en otros lugares de
Asia no hay que esperar mucho para encontrar transporte. Nada mas salir por las puertas del
aeropuerto ya teníamos a gente esperando para llevarnos hasta el
centro de la ciudad. No teníamos demasiado tiempo a pesar de haber llegado muy temprano. Por la tarde debíamos partir hacia el oeste para continuar nuestra ruta por
territorio camboyano.
Como siempre... hay que negociar!. Las opciones son solo transporte hasta la ciudad o transporte a diferentes puntos de interés con destino final en las inmediaciones del
Central Market. La diferencia era insignificante y en total fueron unos 8 euros para dos personas por unas 4 o 5 horas de transporte. Creo que nadie puede negar que merece la pena.
El trayecto hasta el núcleo urbano fué de unos 25-30 minutos en tuk tuk. Conforme avanzas empiezas a recordar ese encanto de las ciudades del sur de Asia con sus motocicletas y los mencionados tuk tuks circulando por sus vías en un visible "caos organizado" que solo ellos saben dominar.
Entramos en grandes avenidas hasta llegar a Sisowath St. que discurre paralela al Río Tonle Sap, justo donde sus aguas se juntan con el Gran Mekong. Es justo en este lugar cuando divisamos El Palacio Real de Phnom Penh. Delante de sus puertas, por un momento, me recordó a otros templos que ya había visitado en Tailandia.
Dentro del recinto encontramos varios edificios como El Salón del Trono, Palacio Khemarín y la Pagoda de Plata, rodeados de espléndidos jardines privados en los que no tuvimos ocasión de pasear al estar cerrados al visitante. Las semejanzas con los templos visitados en Tailandia son visibles.
Tras una visita de la parte mas monumental de la ciudad
nos dirigimos hacia el sur hasta llegar a la Plaza en honor a
Sandech Chuon Nath, uno de los
ciudadanos mas relevantes,
monje budista que preservó la cultura y tradiciones del país.
Tras visitar esta plaza y otros lugares como los alrededores del Edificio del Gobierno nos dirigimos por otra avenida que recibe el nombre del monumento que alberga. Se trata del Monumento a la Independencia construido por los años 50 y que conmemora la independencia de Camboya tras años de protectorado francés. A pesar de parecer una estupenda noticia para el pueblo camboyano descubriríamos con posterioridad en la ciudad las consecuencias de la Guerra de Vietnam y las atrocidades cometidas por el ejercito jemer con Pol Pot a la cabeza ante la desprotección de sus habitantes.
Era hora de dirigirnos al norte, allí nos esperaba una ciudad para conocer un poco mas de cerca a sus habitantes. Volvimos por Sisowath St. no sin antes descubrir un lugar que me trajo a la memoria lo que todos hubiéramos deseado que no sucediera.
Hablo del Diamond Bridge y la fatal tragedia que sucedió un año antes en una de las celebraciones de la ciudad. Las personas que circulaban sobre él se sorprendieron por el movimiento del puente debido a la cantidad de gente que había provocando un ataque de histeria colectiva donde murieron mas de 300 personas.
Por fin llegamos a la zona del
Central Market donde se puede ver una ciudad
menos turística pero mucho
mas transitada. En pleno bullicio de un día cualquiera descubres el
movimiento incesante de sus habitantes. Un momento donde sientes una extraña sensación. A pesar de la aglomeración de tráfico de vehículos y personas te sientes extrañamente "solo". En el centro de una ciudad como
Phnom Penh puedes tener la sensación de pasar totalmente desapercibido.
Pasamos de ser turistas a dos personas mas integradas en la ciudad. Otros podrían pensar que "pasan de nosotros" pero ... no es asi!!. Esa sensación también la conozco y no tiene nada que ver con lo que viví.
Tras dar un corto paseo por los alrededores del mercado decidimos pasar al interior y descubrir que se mueve en su cúpula central. Nos hicimos una idea . Las calles colindantes que dan al Central Market están repletas de gente que va y viene transportando materiales de todo tipo. La parte externa del mismo está dedicada a productos de primera necesidad como ropa, alimentos, etc. En el interior, dentro de la cúpula de estilo modernista clasificada "Art Deco" se encuentran objetos valiosos, complementos, reliquias, aunque también puedes encontrar una zona de alimentación.
A pesar del bullicio decidimos comer en este lugar. Salimos al exterior y nos sentamos en los puestos donde encontramos todo tipo de productos para comer por apenas 1 o 2 euros. Desde las más típicas sopas y arroces con vegetales a productos mas exquisitos como pinchos de marisco, pato asado o una gran variedad de pescado.
Terminamos de comer y aún nos quedaba tiempo de visitar otra de las "
joyas de la ciudad". Nuestro siguiente destino fué el
Wat Phnom, lugar donde comenzó la
historia de Phnom Penh.
Para conocer la
historia de la ciudad debéis leer el relato de
Lady Penh y como el "
Templo de la Colina" constituyó el inicio del primer
gran núcleo urbano del país.
Después de nuestra intensa visita a
Phnom Penh nos dirigimos a pie a la sucursal de
Paramount Co. LTD. que se encuentra en las inmediaciones. ¡Ningún problema! Las
comunicaciones entre la
capital y
Siem Reap, que era nuestro próximo destino, son
muy buenas. existen
autobuses realizando este trayecto
cada hora prácticamente de sol a sol. Unos
4 euros para recorrer un trayecto de
4-5 horas y un
autobús bastante cómodo.
Hay que decir que fueron bastante puntuales y que no hubo ninguna incidencia en nuestro trayecto. Atrás dejábamos una ciudad de gran importancia en el Sudeste Asiático. Con una situación excelente para las comunicaciones en el camino del Río Mekong, la ciudad de "La Colina de Lady Penh" dejo su huella en nuestros corazones mostrándonos su cara mas monumental pero también su cara mas humilde.
Camboya no ha dejado nunca de cautivarnos y la visita a Phnom Penh no ha sido diferente. Un país donde, si abres tu mente, eres capaz de hacer amigos. Un lugar que se ha quedado grabado en la memoria y al que algún día esperamos regresar con la misma ilusión que el primer día. Un saludo viajeros!!!
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Qué lindo todo el recorrido que hicieron, realmente debe ser emocionante esa cultura, me agrado pasar por tu blog, FELICITACIONES POR ESE VIAJE MARAVILLOSOS Y GRACIAS POR COMPARTIRLO.
ResponderEliminarSALUDOS
Gracias a ti por visitarme. Me alegra mucho saber que mis relatos son de tu agrado.
ResponderEliminarUn saludo medianoche!!
Ya nos queda nada para llegar, jejeje estamos ansiosos tantos años con ganas de visitar este país, y este año por fin llegamos
ResponderEliminar.
Muy buen relato!
Un abrazo!
Que bien!! Disfrutadlo chicos.
EliminarUn abrazo!!