Pekin: 24 horas en la capital del gigante asiático

Ruta-24-horas-Pekin
¿Quién no ha pensado alguna vez en viajar a China? Te contamos a modo de resumen como ha sido nuestro primer contacto con el país, gracias a un viaje a Filipinas que nos ha permitido hacer dos escalas en Pekín, la capital del gigante asiático, sumando un total de 24 horas para recorrer una ciudad inmensa y cuanto menos imponente. No te pierdas como ha sido esta experiencia y nuestras recomendaciones para que puedas aprovechar al máximo una estancia corta en Pekin. 


PLANO PARA UNA RUTA DE 24 HORAS EN PEKIN


Como ya te hemos comentado, nuestro primer contacto con la capital de China, se ha debido a dos escalas que suman 24 horas y que han sido un "Pekin Express" en toda regla. Más tarde te contamos los motivos, ahora te mostramos un plano con los lugares que nos ha dado tiempo a visitar y aunque aquí te lo mostramos como una única ruta la realizamos de la siguiente manera:

PRIMERA ESCALA: Ciudad Prohibida - Jingshan Park - Quianhai Lake - Drum Tower y Bell Tower - Lama Temple - Templo de Confucio 

SEGUNDA ESCALA: Templo del Cielo - Tiananmen Square

En ambas rutas tuvimos la oportunidad de andar mucho y recorrer sus calles, prescindiendo en muchos casos de su amplio servicio de metro y aunque las distancias en Pekin son enormes nos permitió ver más allá de sus plazas, antiguas construcciones, monumentos, etc.



CÓMO LLEGAR AL CENTRO DE PEKIN 


Tratándose de una ciudad inmensa como Pekin, días antes de nuestro viaje intentamos recopilar información para aprovechar al máximo la visita. Ya habíamos oído hablar de la lenta burocracia china, de su extrema seguridad en determinadas áreas o del bajo nivel y falta de interés por aprender un idioma básico como el inglés. Todas estas circunstancias nos hacían plantearnos un primer contacto complicado en China y desafortunadamente tuvimos la oportunidad de vivir cada una de las trabas que puede vivir un viajero, aunque hay que decir, que son prácticamente iguales que las que sufren los habitantes de su capital.

Llegar al centro de Pekin desde el aeropuerto no te empleará mucho tiempo, unos 30 minutos desde que montas en el metro que se encuentra situado en la primera planta. Pero no todo es tan sencillo en un aeropuerto como el de Pekin. Los viajeros con una escala inferior a 72 horas, que tengan un billete confirmado de salida del país, pueden disfrutar de una visa gratuita para visitar la ciudad.

Como decimos, parece que la intención por abrir sus puertas al turista es buena, pero la administración sufre algunas carencias en cuanto a la predisposición por hacer un buen trabajo. Supuestamente, existe una ventanilla para tramitar la entrada al país de los visitantes con visa de 72 horas. Llegamos a las cuatro de la mañana y en dicha ventanilla no había nadie. La solución fue pasarnos a las ventanillas donde hacían cola todos los vuelos de llegada y que entraban a Pekin de forma permamente. Esto supuso el primer inconveniente, ya que empleamos más de tres cuartos de hora en pasar el primer control.

Lo más impresionante es que había más de diez ventanillas pero solo tres o cuatro funcionando, a pesar de haber multitud de personal mirando y que solo se colocaron en sus puestos pasada media hora, al ver que las colas ya no cabían en los largos y laberínticos carriles de cintas previos al control. Afortunadamente no tuvimos problemas con el idioma en este punto, ya que solo tuvimos que entregar pasaportes e indicarles unas pocas palabras, tales como "72 hours free visa".

Una vez pasado este trámite, la segunda misión era salir de la terminal y llegar hasta la zona de salida del aeropuerto. Esto supone coger un metro que tarda unos 15 minutos más, aunque en este caso fue algo sencillo y bastante rápido. Antes de dirigirnos al metro, solo quedaba buscar las consignas para dejar nuestras mochilas y así poder realizar nuestra visita de una manera mucho más cómoda. En esta ocasión nos liamos un poco pero al final conseguimos dar con ella. El área de consignas se encuentra en el lado izquierdo si te sitúas de frente a la salida, en la misma planta donde se encuentra el Starbuks y si no recuerdo mal, es la misma que donde se toma el metro. El coste es de unos cinco o seis euros por mochila, un precio razonable y que merece la pena si vais a visitar la inmensa ciudad de Pekin.

Plano-metro-Pekin

El mapa de metro de Pekin puede parecer complicado en un principio, pero como en toda ciudad grande acabas por acostumbrarte al sistema. Te hemos mostrado tres puntos fundamentales si no quieres realizar grandes caminatas. En esta primera escala nosotros llegamos caminando desde la Ciudad Prohibida hasta el Templo Lama y aunque fue un largo trayecto se puede considerar como asequible.

RELATO DE NUESTRA PRIMERA ESCALA EN PEKIN


Cogimos el metro desde el aeropuerto y nos dispusimos a llegar hasta el centro de Pekin. Nuestra primera parada sería la Ciudad Prohibida, que se encuentra situada en la parada de metro indicada como Tiananmen. Durante este primer trayecto tuvimos que realizar algunos transbordos y comprobamos al llegar a este primer destino que habíamos empleado como unas 3 horas desde que el avión puso pie en China. Salimos por fin a la calle y vemos cielo abierto después de unas 15 horas desde que salimos de España. Nos encontramos con una gran avenida con multitud de carriles para vehículos y que separa la Ciudad Prohibida de la Plaza de Tiananmen. Esta zona está bastante restringida, uno no puede circular libremente y tiene que pasar controles dependiendo hacia donde quieras ir. De nuevo tuvimos que realizar una inmensa cola para acceder a la Ciudad Prohibida y por fin estábamos sacando fotos de la primera de las maravillas que nos ofrecía Pekin.

Avenida-centro-Pekin

Ciudad-Prohibida-Pekin

La Ciudad Prohibida es una de esas construcciones que hemos podido ver en decenas de películas y que siempre impresiona cuando la ves. Nos encontramos con amplios patios con lagunas y canales interiores junto a inmensas construcciones que se van sucediendo a lo largo de un sin fin de gigantescas puertas. Tratamos de hacer un ejercicio mental y trasladarnos a otra época para imaginar como sería la vida en este recinto tiempo atrás. Lo cierto es que es un ejercicio fundamental, sobre todo cuando compruebas que la Ciudad Prohibida es una de las atracciones más visitadas de Pekin y que junto a nosotros podría haber algunos miles de personas, donde un 90 por ciento es gente del país. ¿Se os viene a la cabeza la imagen de un asiático con una cámara de fotos? Pues aquí es el lugar donde nosotros descubrimos una evidencia: No intentes meterte en medio de decenas de chinos sacando fotos porque recibirás empujones, codazos e incluso puede que algún insulto en su idioma por parte de alguna persona malhumorada.

YA DISPONIBLE: SOBREVIVIENDO A LA CIUDAD PROHIBIDA EN PEKÍN

Como ya te hemos comentado, habíamos estado estudiando un poco antes de viajar a Pekin y habíamos oído hablar de un parque cercano desde donde se podía ver la Ciudad Prohibida desde las alturas. Este parque recibe el nombre de Jingshan y se puede llegar fácilmente caminando si sales por la parte trasera de la Ciudad Prohibida.

Jingshan-Park-Pekin

Lo cierto es que este parque nos ofreció las vistas que estábamos buscando pero también descubrimos otros atractivos que lo hacen merecedor de una visita. Además comunica con nuestro siguiente destino ya que nos dirigíamos hacia el norte.

YA DISPONIBLE:  LAS MEJORES VISTAS DE PEKÍN DESDE JINGSHAN PARK

Tras pasear durante un rato bajo la sombra de los árboles de Jingshan Park nos dirigimos más al norte, hacia dos torres muy significativas en la ciudad. Se trata de Drum Tower y Bell Tower, dos construcciones con una larga historia que te contaremos con detalle en otro artículo. Para llegar hasta las torres pasamos por Dianmen Inner Street y Quianhai Lake, dos puntos en el camino que de nuevo nos hicieron bastante agradable este trayecto.

Dianmen-Inner-Street

Quianhai-Lake-Pekin

Torre-musical-Pekin

PRÓXIMAMENTE: CONOCIENDO LA HISTORIA DE LAS TORRES MUSICALES DE PEKIN

Llegados a este punto nos dimos cuenta de que estábamos pasando por otro de los atractivos con los que dicen que cuenta Pekin. Se trata de los Hutongs, barrios formados por callejones y edificaciones tradicionales en la zona antigua de la ciudad y que puedes visitar a pie o contratando uno de los muchos rickshaws que se ofrecen en cualquier rincón. Lo cierto es que, mientras caminábamos, tuvimos la oportunidad de asomarnos a algunos de ellos y nos dio la impresión de que lo que te ofrecen en este tipo de tours es pura fachada. Posiblemente te lleven a algunas calles bien decoradas con farolillos rojos y preparadas para el turismo pero la realidad es bastante diferente, al menos la que nosotros pudimos comprobar en nuestra visita, descubriendo en realidad unos callejones donde pueden haber bastante pobreza y otros barrios ocupados por gente adinerada, con edificios tipo chalet de planta occidental.

Decidimos que no merecía la pena visitar en profundidad un Hutong en Pekin, puede que en otra visita al interior de país sea más adecuado o puede también que nos hayamos equivocado, pero la cuestión es que aún nos quedaba mucho recorrido y queríamos llegar hasta el final de la ruta que nos habíamos propuesto.

Calles-avenidas-Pekin

Pekin-friki

Desde las torres musicales nos dirigimos hacia el este, pasando por grandes avenidas y descubriendo que no es solo Japón el que cuenta con el estatus de país un tanto friki, En China y países como Corea también podemos encontrar muestras bastante evidentes de hasta donde llevan el nivel de fantasía en muchas ocasiones. ¿Qué te parece este utilitario último modelo?

Tras más de una hora de caminata llegamos hasta el Lama Temple, posiblemente la construcción budista más importante fuera del Tibet y otros países como Nepal, etc. Cuesta identificarlo porque se presenta con una puerta de estilo chino, pero tras preguntar descubrimos que estábamos en el lugar adecuado.

Lama-Temple-Pekin

Puede que sea la construcción que más nos impresionó, en cualquier caso consideramos que el Lama Temple es una visita obligada si deseas conocer parte de la cultura y la historia de Pekin.

YA DISPONIBLE: YONG HE GONG, UN TEMPLO LAMA EN PEKÍN

A tan solo unos pocos pasos se encuentra el Templo de Confucio, otra visita obligada teniendo en cuenta que la mayoría de sus gentes se guían por los mandamientos de este erudito con dos mil años de antigüedad. Algo importante tuvo que decir este hombre cuando a día de hoy China sigue guiándose por sus leyes, proverbios y profecías.

Templo-Confucio-Pekin


YA DISPONIBLE: TEMPLO DE CONFUCIO EN PEKÍN

Tras esta intensa visita a la ciudad de Pekin, era el turno de comer algo antes de regresar al aeropuerto y seguir nuestro camino a Filipinas. Y aquí fue donde empezó nuestro Pekin Express particular ya que hubo carreras y todo parecía volverse en nuestra contra.

Al disponernos a pagar en un restaurante chino que encontramos en el camino, nos dimos cuenta que nos faltaban unos pocos yuanes para pagar la cuenta. Decidimos pagar con tarjeta, con otra tarjeta y hasta con una tercera tarjeta que el datáfono del restaurante no quería aceptar. La solución, acercarnos hasta un banco, otro banco y otro banco para sacar dinero pero tampoco lo conseguimos porque los bancos chinos no querían aceptar nuestras tarjetas. Recordé que tenía algunos euros en la cartera y en el último banco me dispuse a cambiarlos para saldar la cuenta. De nuevo la burocracia china se hizo notar, teniendo que rellenar un extenso formulario y esperar una cola de cuarenta y cinco minutos para cinco personas que estábamos esperando y tres ventanillas abiertas al público.

Puedes imaginar cuanto tiempo transcurrió desde que intentamos pagar hasta que lo conseguimos pero por si no te haces una idea, esta odisea nos hizo perder unas dos horas. Menos mal que acabamos con tiempo suficiente para llegar al aeropuerto y embarcar. Lo único que pensé en esos momentos es que quería salir ya de China porque estaba cansado y me estaba empezando a saturar.

Conseguimos llegar hasta una parada de metro, solicitamos dos tickets hasta el aeropuerto y aunque mi nivel de ingles no es excesivamente elevado, no me costó decirle a la funcionaria de la taquilla: "two tickets to airport". Cual fue mi sorpresa cuando vi que se quedaba mirando al infinito con la boca abierta, dando muestras de que no había entendido lo que le había dicho. Por tres veces intente explicarle con palabras sencillas en inglés que quería ir al aeropuerto. Como no había manera, la chica sacó un enorme plano de metro plastificado que tenía debajo del teclado, caja de monedas, etc.(imagina la que montó), para que yo pudiera señalar con el dedo donde quería ir. Su mapa estaba en chino pero menos mal que yo tenía una imagen mental en la cabeza y pude indicarle correctamente.

Si piensas que tras esta aventura todo había acabado estás muy equivocado. Llegamos al aeropuerto, aún teníamos mucho tiempo ya que no teníamos que facturar. Más de dos horas antes de la hora de embarque nos decidimos a cruzar los controles para acceder a nuestro vuelo. De nuevo nos encontramos con una decena de ventanillas y apenas tres en funcionamiento. Volábamos a las ocho y media, una hora en la que al parecer debía de haber muchos vuelos porque se formaron unas colas de impresión. Solo cuando la gente empezó a impacientarse e indicar a algunos funcionarios que llegaban tarde a sus vuelos es cuando comenzaron a ponerse en sus puestos. De estar como unos cinco minutos con cada pasajero (la lentitud era pasmante), empezaron a despachar a la gente en menos de treinta segundos, diciendo a los viajeros que se dieran prisa. Yo estaba alucinado por la pasividad que muestran estos funcionarios hasta que no ven que realmente el problema puede ser grave.

Pasado el primer control y alguna que otro más, nos dimos cuenta de que íbamos a tener que correr. Y así fue, llegamos a la terminal con apenas diez minutos de la hora de cierre de la puerta de embarque, corrimos por los pasillos, las indicaciones nos mandaban a la planta superior, luego de nuevo a la planta inferior, un cáos en toda regla. Llegamos tarde, en la pantalla indicaba que el siguiente vuelo salía a las once y media de la noche. Sudando como pollos casi caemos en la desesperación pero mantuvimos la mente fría a pesar del cabreo y nos dirigimos hacia algún punto de información en alguna planta de la terminal, en algún lugar lejano para descubrir que el vuelo se había retrasado. Al menos este funcionario que estaba de cara al público supo decirnos en ingles: "No problem", "delayed" (retrasado). Dejamos las mochilas en el suelo y casi nos desplomamos del esfuerzo que hicimos para llegar a tiempo. En esos momentos no pudimos extraer una conclusión de nuestro paso por Pekin, solo podíamos pensar en la mala y a la vez buena suerte que tuvimos con el vuelo. Ahora que estamos en España, pensamos en nuestro paso por Pekin y nos sale una sonrisa por todo lo que pasamos y sabemos que si dejamos al margen cuestiones burocráticas, financieras y administrativas, la capital del gigante asiático es un destino que merece la pena visitar, quizás con mas tiempo del que nosotros empleamos. ¿No crees?

RELATO DE NUESTRA SEGUNDA ESCALA EN PEKIN


Después de pasar unas semanas en Filipinas, el viaje llega a su fin. Desde Manila cogemos el segundo vuelo a Pekin, donde tendríamos de nuevo un montón de horas para seguir explorando la capital del Sudeste asiático. Haber pasado recientemente por el aeropuerto nos ha permitido ahorrar mucho tiempo al no tener que averiguar dónde se encuentran los accesos, la estación de metro, las consignas para el equipaje, etc. No tuvimos que preguntar aunque sí nos costo un par de intentos sacar dinero en los cajeros de la terminal, consiguiéndolo finalmente en la que pertenece al Banco de China. Con dinero en el bolsillo partimos en metro hacia Pekin. Esta vez no pararíamos al principio en la parada de Tiananmen, decidiendo ir en primer lugar hasta el Templo del Cielo, cuya parada de metro es Tiantandongmen.

Una vea sales de la parada de metro de Tiantandongmen, tienes una entrada al recinto del Templo del Cielo a unos pocos metros, en dirección sur o hacia la izquierda si te pones mirando a la muralla. Nosotros echamos a andar hacia el lado contrario porque la salida de la boca de metro se encuentra en el lado puesto y no se veía a primera vista. Al final llegamos a otra entrada más lejana y más al norte, que resultó ser una de las entrada principales y mejor ubicada para comenzar la visita.

Templo-del-Cielo-Pekin

El gran recinto donde se encuentra el Templo del Cielo es en realidad un inmenso parque que alberga diversas construcciones y cuyas atracciones principales son el altar circular y el salón de la oración. Pero este parque llamado Tiantan Gongyuan, cuenta con otras construcciones dedicadas al culto en medio de una densa vegetación en la que nos encontramos con un jardín de rosas, un bosque de cipreses, etc. La extensión de este parque es mayor que el de la Ciudad Prohibida, alrededor de 1,5 kilómetros cuadrados, teniendo que cubrir caminando un área mucho mayor ya que sus puntos de interés se encuentran más dispersos. Calculamos que nos empleó entre cuatro y cinco horas llevar a cabo esta visita, por lo que sólo nos daría tiempo visitar un lugar más y ese era sin dudas la famosa Plaza de Tianamen.

YA DISPONIBLE: TIANTAN PARK Y EL TEMPLO DEL CIELO

Esta vez salimos por la puerta que se encuentra junto al metro y fue donde nos dimos cuenta de la innecesaria caminata que nos dimos al principio. Eran alrededor de las cinco de la tarde y como no habíamos comido nada desde que llegamos a Pekin, cruzamos la gran avenida porque desde la acera del Templo del Cielo pudimos divisar un centro comercial en un llamativo edificio con tejado de estilo oriental. A estas alturas no es ninguna sorpresa encontrar en China establecimientos de comida rápida como Mc,Donalds o Starbucks, pero además de estos encontramos otros establecimientos con todo tipo de comida como cocina oriental, griega, italiana, etc. Hicimos un descanso merecido tras una mañana en la que andamos más de lo esperado y regresamos al metro para dirigirnos a la Plaza de Tiananmen, nuestro último destino y con el que nos despediríamos de Pekin.

Plaza-Tiananmen-Pekin

El sol ya nos estaba diciendo adiós, pero en la famosa Plaza de Tiananmen todavía quedaban cientos de visitantes paseando y sacando las últimas fotos del día. Esta enorme plaza es una de las más grandes del mundo y simboliza la nueva China, que nació con el inicio de la república a mitad del siglo XX.

Tiananmen-noche

YA DISPONIBLE: ESA IRÓNICA PUERTA DE LA PAZ LLAMADA TIANANMEN

De noche, la plaza se ilumina para dejar una bonita escena de las construcciones que la rodean, como la puerta principal de la Ciudad Prohibida, que se encuentra justo al otro lado de la gran avenida W. Chang´an. La caída del sol nos sirvió para relajarnos y disfrutar de una temperatura mucho más suave que la que nos encontramos al comenzar nuestra segunda ruta en Pekin. Antes de regresar al metro nos detuvimos en la avenida para observar el tráfico de esta gran urbe, donde aún queda sitio para encontrar esa estampa tradicional y tan común en los países asiáticos. En medio de todo el cáos que envuelve a las grandes capitales, las bicicletas se dejan ver casi ajenas a todo, a ritmo tranquilo y pareciendo no ser conscientes del tráfico y de los miles de turistas y viajeros que recibe a diario su ciudad.

Pekin-bicicletas

Llegamos al final de nuestro viaje. Estas 24 horas en la capital del gigante asiático nos han servido para conocer una pequeña parte de China. Junto a sus imponentes monumentos, sus inmaculadas calles (al menos las que recorrimos), su extrema seguridad y su aparente intención por ponerse a la altura del resto de potencias del mundo, descubrimos un país acelerado donde una gran parte de sus habitantes todavía no han sido capaces de ponerse al día para dar a conocer su país como se merece. Su pasividad y falta de interés por hacer que tu visita sea agradable se asemeja al de algunos países europeos donde no te sientes especialmente bien acogido. Estamos seguros de que China tiene otras muchas cosas que ofrecer, regiones donde el ritmo de vida sigue siendo mucho más lento, paisajes de extraordinaria belleza y gentes que lo dan todo por un rato de compañía y mientras puedas contarles algunas historias de occidente. Pekin solo ha sido el punto de partida, el resto de China aún nos espera. ¡Un saludo viajeros!

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