A veces describir aquellos lugares que visitamos no es tarea fácil y aunque uno tiene muy clara la imagen de un lugar en su mente resulta extraño comprobar que no salen las palabras. Dicen que en la sencillez también reside el encanto. Puede ser una forma de definir Sidi Bou Said. La imagen mas clara que tengo de ella tiene como fondo el mar. Un balcón al Mediterráneo que te hipnotiza, un lugar del que nos cuesta despedirnos deseando permanecer al menos un minuto más.
Sidi Bou Said se encuentra situada al noreste de la capital, de fácil acceso por carretera a través de la línea de costa o por la Avenida Principal. En ambos casos el camino transcurre al lado de la Laguna de Túnez pasando por Cartago, ocasión perfecta para visitar al mismo tiempo sus imponentes ruinas arqueológicas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
La distancia que separa
Túnez de
Sidi Bou Said es de apenas 15 kilómetros. Gracias al buen estado de las carreteras que las unen llegamos en muy poco tiempo. También existe la posibilidad de llegar desde la capital en
tren gracias a una línea que tiene diversas paradas en el camino. Este tren sale desde la estación "
Tunis Marine" en la
Avenida Habib Bourguiba realizando el trayecto
Túnez, Puerto de
La Goulllete,
La Marsa con parada en
Cartago a escasos 400 metros de la
Acrópolis.
Llegar a Sidi Bou Said es una especie de liberación. Si el encanto y exotismo de la Medina de Túnez radica en sus calles laberínticas donde puedes perderte a voluntad y disfrutar de sus gentes Sidi Bou Said podríamos decir que es lo opuesto.
Permanece el encanto, a través de sus pequeños zocos, pasadizos, etc. y podrás seguir disfrutando de los puestos de artesanía local pero, por encima de todo, destaca el hecho de que en todo momento puedes disfrutar de un cielo abierto de un color azul extraordinario.
El lugar invita a tomarte tu tiempo, a caminar con calma, a disfrutar de sus placetas y sus calles amplias y a comprobar la uniforme arquitectura del lugar.
Si extraordinario era el color azul del cielo nada mas llegar, todavía es mas extraordinario el azul de la decoración de cada una de las casas de Sidi Bou Said. Hace ya mucho tiempo que esto es así y lo que fue en su tiempo un imperativo de algún barón francés con mucha influencia en el país hoy forma parte del atractivo turístico de esta localidad.
Sobre el fondo blanco siempre reluciente de las casas tradicionales de no más de dos alturas nos encontramos con el contraste de sus puertas, ventanas, rejas y complementos de un color azul intenso.
Paseamos por su calle principal en dirección al punto mas alto de una colina desde donde poder divisar el mar desde un peñón saliente muy particular. El jazmín y la Mano de Fátima están presentes a cada paso que damos.
Por el camino encontramos también numerosos puestos, cafeterías y vendedores expertos en el arte del comercio. Como en todas las ciudades árabes no siempre es fácil esquivarlos. Como siempre mantenemos el humor teniendo presente siempre que es su forma de vida con el fin de sobrellevar mejor la situación.
Hacemos una parada en el camino para contemplar la ciudad desde los tejados. Habitualmente encontrarás azoteas en la planta alta de algún comercio y, como ocurre con los tejados de la Medina de Túnez, es excelente para tener un punto de vista diferente del lugar.
Proseguimos nuestro camino y por fin llegamos hasta lo mas alto. Elegimos el Café Sidi Chebaane o como se le conoce mas comúnmente Café de las Delicias por encontrarse en el lugar mas saliente y próximo al mar.
Podemos definir el lugar como "simplemente espectacular". Lo defino así no por la elegancia de este café sino por la composición que se abre ante nuestros ojos. El Café de las Delicias dispone de pequeñas terrazas que van descendiendo de tal manera que siempre tienes las impresionantes vistas del Mediterráneo frente a ti.
Desde este lugar se alcanza a ver el puerto. El color blanco de los tejados contrasta con el cielo y el mar. Sin duda el lugar es perfecto para disfrutar de un té o café con pastas mientras charlas sobre los viajes pasados, presentes y futuros.
Es en este tipo de lugares donde uno reflexiona, donde uno sabe que hay que volver a la realidad, extrañamente con ganas de hacerlo, en mi caso me viene a la cabeza la inquietante, ardua y a la vez gratificante tarea de planear un próximo destino para ponerme de nuevo "en ruta".
Como ya he dicho Sidi Bou Said es un balcón al Mediterráneo, una mirada al mundo para descubrir que no estamos tan lejos, que no somos tan diferentes y que somos nosotros mismos los que nos ponemos fronteras.
Es posible que vuelva algún día a descubrir otras
maravillas de Túnez. Seguramente lo haga de nuevo de la mano de un gran guía llamado
Abdelkarim. En cualquier caso lo haré con la mente abierta con el objetivo de comprender en todo lo que me sea posible otras
culturas. Es mi manera de hacerme el mundo mas cercano, mas pequeño y ...como no... mas humano.
Un saludo viajeros!!!
Gracias Ana.
ResponderEliminarUn saludo!!
Que bueno Miguel! Me ha gustado mucho como lo describes y como transmites la buena experiencia.
ResponderEliminarMi hermana estuvo viviendo un año en Tunez hara 10 años y alli conocio a su hoy esposo y cuñado mio.
Su experiencia no pudo ser mejor :)
Un abrazo!
Que guay lo de tu hermana.
EliminarEso es tener la mente abierta. No tener miedo a explorar el mundo y a encontrar lo que te hace feliz sin importar como, cuando ni donde.
Gracias pareja!!
Cada vez que leo una entrada tuya quiero ir a ese lugar!
ResponderEliminarCreo que desde que paseo por aqui planear las vacaciones de verano se va a convertir en una tarea muy dificil.
Saludos!
Ya verás como no Catalina.
EliminarCuando quieras hablamos y te ayudo a decidirte.
Un saludo
CREO QUE NO DEJA DE SER UN PUEBLO , COMO HAY TANTOS Y MEJORES EN GRECIA Y ESPAÑA , A POR CIERTO UN TE EN UNA TERRAZA ,CUESTA O NOS COBRARON 2.5 EUROS ¡¡¡UNA CLAVADA DE ESPANTO¡¡¡ CUANDO EL SALARIO MEDIO EN TUNEZ ES DE 250-350 EUROS AL MES
EliminarHola anónimo,
EliminarToda la razón... ya sea Grecia, España, Túnez o cualquier rincón del planeta hay lugares fantásticos para recorrer.
Sidi Bou Said es un pueblo al que no se le puede negar su encanto por muchas razones.
En cuanto a lo del té, igualmente ocurrirá en cualquier lugar, supongo que es cuestión de buscar lugares menos turísticos para encontrar precios mas normales.
Un saludo!!
Nos haces soñar con esos lugares tan bellos,un placer leerte,un abrazo.J.R.
ResponderEliminarGracias Jose Ramón un placer y un honor serviros de inspiración!!
EliminarUn saludo!!
Que relajante resulta leer tu relato si hasta me parece escuchar a lo lejos el suave oleaje de aquel encantador paraje azul detenido en el tiempo...Yo acompañaría estas vistas con un té de vainilla y canela. Me gusta tu mundo "mas cercano, mas pequeño, mas humano"
ResponderEliminarMuchas gracias con muchísimo retraso, se me pasó este mensaje.
EliminarUn saludo!!
Estuve visitando Sidi Bou Said por segunda vez en diciembre y volveré siempre que pueda.
ResponderEliminarQué bonito lugar y fotos, me ha recordado a los pueblos blancos y azules del norte de Marruecos, como Assilah o Larache, de hecho cuando he visto la foto de portada he pensado que era Marruecos, pero claro es que Túnez aún lo tengo pendiente de conocer... Un saludo de la cosmopolilla y ¡a seguir viajando!
ResponderEliminarLa verdad es que tiene mucho encanto. Es ideal para perderse durante unas horas y acabar en alguna terraza con vistas al mar. Seguro que pronto podrás hacer este viaje.
EliminarUn saludo viajera!!
Precioso Túnez, y tus fotos le han hecho mucho honor!
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