Nos encontramos en
Hamar. En la
etapa anterior del
Camino de Nidaros pudimos hacernos una pequeña idea de esta localidad pero hoy era el día idóneo para descubrir uno de los núcleos urbanos mas importantes de
Noruega.
Como os dije, me guardé la imagen de la llegada hasta nuestro destino para enseñárosla hoy. Creo que merecía la pena pues al despertar la luz era mucho mejor para que pudierais ver lo que teníamos delante. Podéis ver al fondo el Lago Mjosa con la localidad de Hamar en sus orillas. Una maravilla por la que merecía levantarse temprano y disfrutar del extraordinario paisaje.
El día de hoy fue como un pequeño punto de inflexión en nuestra ruta a Trondheim. Era la primera vez en los 5 días que llevábamos en la que no haríamos kilómetros, tan solo los necesarios para acercarnos hasta Hamar y sus alrededores.
El plan previsto por los amigos de
ACASAN para la mañana era llegar hasta el centro acompañados de los carros, esta vez sin caballos por motivos de fuerza mayor, con el fin de dar a conocer nuestro peregrinaje y al tiempo disfrutar de la ciudad.
Por mi parte he de decir que este día también marco un antes y un después ya que me sirvió para estrechar lazos con la gente, especialmente por la tarde al tener tiempo libre para poder realizar las actividades que quisiéramos.
Hay mucha gente que prefiere viajar solo, hay gente que prefiere vivir las experiencias internamente, por mi parte he vivido de esta manera muchos viajes pero he de decir que es importante compartir y en este viaje he tenido la suerte de conocer a personas extraordinarias que a partir de este día formaron parte de mi hasta el final del camino y, afortunadamente, hoy los considero amigos a los que no quiero olvidar.
Pero lo que toca ahora es dirigirnos a Hamar. Todo está preparado y nos encaminamos por las calles armados de nuestras monturas, banderas y estandartes para hacer la entrada triunfal cual ejercito glorioso a ritmo de viento y percusión.
Una de las imágenes mas llamativas es la Catedral de Hamar con esa espléndida torre. Un templo luterano de mediados del siglo XIX de estilo neorrománico con un interior formado por elementos de la época medieval noruega.
Seguimos con paso firme para dirigirnos hasta la plaza principal mientras los arrieros empujan y tiran de los carros con animo decidido y orgullosos de esta gran aventura que un día soñaron y hoy se convierte para ellos en realidad.
Conforme nos encontramos mas cerca descubrimos una ciudad luminosa, amplia, limpia donde sus habitantes pasean plácidamente un tanto expectantes y sorprendidos por nuestra presencia. Inevitable es ver como a algunos de los lugareños se les escapa una sonrisa y se paran para contemplar el desfile.
Pero la ciudad también nos sorprende a nosotros con muestras de arte en las calles. No puedo evitar en este momento admirar a estos músicos que nos ofrecieron bellas melodías y, al menos a mí, me dejaron maravillado ante su profesionalidad y buen hacer.
Por fin llegamos a la plaza principal, lugar donde los carros permanecerían durante unos instantes y donde cada uno dedico su tiempo a actividades diversas. Algunos fueron de compras, otros fueron a las oficinas de turismo de los alrededores a documentarse y otros, entre los que me incluyo, disfrutamos del sol que en ese momento apareció sentados en alguno de los bancos repartidos por la plaza.
Tras esta breve pero "intensa visita" emprendimos el camino de regreso hasta las inmediaciones de la Catedral de Cristal, que ayer os mostré, y el Hedmark Museum. Decidí tomarme la vuelta con un poco mas de tranquilidad y callejear un poco por Hamar. Me pareció una ciudad muy tranquila... "hasta nuestra llegada, claro" y me apetecía disfrutarla con calma y fotografiar imágenes como la que os enseño a continuación. Una imagen inspiradora, al menos para mi, con la que recordaré el paso por la ciudad mas importante de interior en Noruega.
Llegó el mediodía, llegó la hora de comer. El lugar que nos habían facilitado para ello era un espacio abierto en las inmediaciones del museo. Como venía siendo habitual siempre me quedaba para el final a la hora de la comida pues prefería sentarme a contemplar el paisaje o charlar con la gente a hacer la necesaria e inevitable cola de 200 peregrinos. Yo sabía que mis excelentes cocineras siempre me tendrían guardado un plato para comer.
Y aquí surgió lo que anteriormente os comentaba, mientras esperábamos a que se redujera la cola tuve la oportunidad de charlar con varias personas con las que compartiría el resto del viaje. Esas personas, amantes de la naturaleza y adictos a los caminos tienen un nombre y son Inma, Juan Carlos, Ascen, Santi y Ramón. Desde aquí les mando un saludo y les emplazo para seguir compartiendo experiencias juntos en mas ocasiones.
Después de comer y tras una animada charla algunos decidieron aprovechar para descansar o tomar un café. El día anterior yo me había quedado prendado con el Lago Mjosa y decidí en la estupenda compañía de Inma dar un paseo por el mismo.
Pero antes decidimos entrar al Hedmark Museum pues, aunque el día anterior tuvimos la oportunidad de entrar, no lo vimos con calma y en profundidad.
Lo primero que encuentras son restos arqueológicos de lo que una vez fue una fortaleza con paneles descriptivos para hacernos a la idea de como eran en su momento cada una de las construcciones que se encontraban en el interior.
Mas tarde entramos en las galerías donde nos encontramos con una muestra de los elementos tradicionales que utilizaban tiempo atrás en esta región. Molinos, enormes cubas de metal, utensilios de labranza y muchos otros son los que encontramos en una de sus galerías.
En otra de las estancias pudimos disfrutar de los carruajes de época así como de fabulosos trineos artesanales con los que uno se imagina descendiendo una montaña cualquiera en las fechas en que los extraordinarios paisajes noruegos se cubren de nieve.
Puedes encontrar
información,
fotografías y el acceso a la
web oficial sobre este museo si entras en el siguiente enlace:
Hedmark Museum
Llegó la hora de dirigirnos hacia el Lago Mjosa. De nuevo volvemos a admirar las construcciones que se reparten a lo largo del paseo al tiempo que observamos a la gente paseando, montando en bicicleta o simplemente descansando en los margenes del lago.
Llegamos hasta uno de los muelles donde la gente dejaba sus pequeñas embarcaciones y donde muchos lugareños tomaban el sol plácidamente. El día estaba resultando genial, nos vino bien esta jornada de relax y nos sirvió para disfrutar del entorno mientras conversábamos sobre la experiencia.
Entre las imágenes del lago me llevo esta como recuerdo y que me sirven para recordar un estupendo día y para darme cuenta de que todo esto no sería tan bonito si no se pudiera compartir en el momento y ahora mientras os lo cuento a vosotros.
Antes de regresar al punto de partida y reunirnos con el resto del grupo nos acercamos hasta el Albergue de Peregrinos de Hamar. Según nos cuentan es un alojamiento muy bien cuidado con un precio que ronda los 40 €. Ya sabéis, aquí en Noruega todo es caro pero al menos se puede dormir en lugares bastante decentes con un precio asequible.
El albergue se encuentra muy cerca del Hedmark Museum y no tendrás ningún problema en llegar hasta el pues se divisa desde las inmediaciones del mismo al igual que desde el lago.
Tras regresar y reunirnos con el resto de compañeros decidimos emprender el camino hacia nuestro alojamiento. He de decir, ya que no lo he dicho hasta ahora, que nosotros no pudimos dormir en albergues ya que eramos muchos y no hay infraestructura para tantas personas. Por ello, en este viaje, nos ofrecieron para dormir colegios y polideportivos con espacios amplios para albergarnos a todos.
Por el camino seguimos disfrutando de las maravillas de esta región ya que el camino hasta nuestra meta transcurría por el borde del lago y posteriormente por preciosos senderos de pinos y abetos.
Como foto curiosa y para acabar este relato os dejo la imagen de abajo en la que algunos de mis compañeros se atrevieron a posar en una peculiar edificación.
Termina aquí otra etapa del Camino de Nidaros con la localidad de Hamar como protagonista. Una etapa de relax, diferente a las anteriores, pero de gran intensidad gracias a mis compañeros que compartieron conmigo sus impresiones hasta la fecha y me tendieron la mano para continuar el camino. A todos ellos... gracias!!
Un saludo viajeros!!!
Nunca había oído hasta ahora que existiera este camino de peregrinación. Yo tampoco he hecho el Camino de Santiago, aunque he estado en muchos puntos que forman parte de él. Pero toda la gente que ha hecho el camino o parte de él regresa emocionada y queriendo volver a él. Siempre han dicho que los peregrinos se ayudan y caminan juntos. Es, quizás, por eso que mucha gente realice este tipo de rutas para reconciliarse con uno mismo y con los demás. Excelente entrada. Dos fotos preciosas:
ResponderEliminarLa primera del lago y la de la fuente.
Gracias por compartirlo
Muchas gracias,
EliminarEste tipo de caminos tienen la peculiaridad de que todos llevamos la misma dirección por lo que es más fácil estrechar lazos que perduren con el tiempo.
En mis viajes por el mundo es diferente porque coincides en etapas pero luego cada uno toma su dirección.
Es un honor y un placer que hayas entendido tan bien el sentido de este viaje.
Un saludo!!
Mi intención es realizar algún día algún tramo del Camino de Santiago que recorre zonas preciosas del norte de nuestro país. Pues fíjate si me gustaría poder hacer el que nos estás enseñando ya que hay mucha más naturaleza y agua.
EliminarUn saludo, viajero!
Tienes razón, es espectacular el entorno. Ideal para todos aquellos que sepan levantar la vista mientras caminan y disfrutar de los paisajes que ofrece Noruega.
EliminarIdeal para los amantes de la naturaleza y de los que les interese conocer otras culturas y a sus gentes.
ResponderEliminarBonito viaje, un lujo conocer esas zonas.
ResponderEliminarGracias por tu comentario,
EliminarAunque no tan conocido como los Fiordos en Noruega es un viaje que no le tiene nada que envidiar!!