Viajar : "El Síndrome de la Clase Turista"

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Si eres de los que realizan habitualmente viajes de larga duración este artículo te interesa, es muy posible que en más de una ocasión hayas experimentado pesadez en las piernas, incluso hinchazón o dolor en algunos casos. Aunque no tiene porqué ocurrir existe la posibilidad de que hayas sufrido el "Síndrome de la Clase Turista" en alguna ocasión sin ni siquiera haberte dado cuenta. Voy a tratar de explicarte de forma sencilla en que consiste, las consecuencias que puede tener y qué hacer para evitar que llegue a ocurrir. 


SÍNDROME DE LA CLASE TURISTA

Se denomina Síndrome de la Clase Turista a los coágulos sanguíneos que pueden llegar a formarse en las venas profundas de las piernas cuando realizamos viajes de larga duración. Estos coágulos se conocen como "trombos" mientras permanecen estáticos bloqueando el flujo de sangre y oxígeno a la zona en cuestión pero si este llega a desplazarse por el torrente sanguíneo pasa a denominarse "émbolo" pudiendo llegar a zonas vitales provocando daños mucho más importantes.


CAUSAS

La principal causa de este síndrome se debe a la inmovilidad por largos períodos de tiempo que sufrimos especialmente cuando viajamos en avión aunque no queda descartado que también pueda ocurrir en otros medios de transporte como coches, trenes y en general esos espacios reducidos que nos permiten escasa movilidad. A partir de las 2 o 3 horas de viaje existe el riesgo de que aparezca pero no hay que alarmarse ya que por fortuna no afecta a toda la población por igual y en los casos necesarios se puede prevenir de forma segura.


¿QUIÉNES SON PROPENSOS A SUFRIR EL SÍNDROME?

- Los más propensos a sufrir este síndrome son personas con antecedentes familiares de trombos, personas con problemas de circulación o personas recientemente operadas de traumas en las extremidades inferiores por lo que la edad, al contrario de lo que se piensa, no se puede tomar como un factor determinante. 

- Tomar anticonceptivos orales, fumar, mujeres embarazadas, personas obesas o personas con insuficiencia cardíaca tienen un riesgo menor pero no están exentas de sufrir este síndrome.

- El menor riesgo de que aparezca se presenta en las personas sanas, con hábitos saludables, deportistas y personas que no necesitan medicación de ningún tipo de manera periódica.

En cualquiera caso el porcentaje de personas que llegan a sufrir el síndrome es muy bajo, incluso en las personas con alto riesgo por lo que no debemos preocuparnos en exceso pero sí debemos seguir algunos consejos que nos harán más seguro y llevadero nuestro viaje de larga duración.


¿CÓMO PREVENIR EL SÍNDROME?

Si seguimos unas cuantas recomendaciones sencillas no tendremos que preocuparnos por la aparición de esta afección en el sistema circulatorio, en los casos con mayor riesgo tan solo hay que convertir ciertas acciones en hábitos y podremos viajar de forma segura.

Como podemos imaginar el riesgo de sufrir el síndrome se incrementa cuanto menor sea el espacio que tengamos y cuanto mayor sea el tiempo de viaje, por ello se suele asociar con los viajes en avión en clase turista de larga duración ya que son los que presentan el menor espacio para el pasajero.

- Ya sea viajando en avión, tren, coche o cualquier otro vehículo que nos permite poca movilidad debemos intentar no mantener la misma posición durante un tiempo prolongado. La solución cuando viajamos en coche es más sencilla ya que podemos parar para estirar las piernas en el momento que nos parezca oportuno. En un avión o un tren la solución también es fácil, simplemente deberemos levantarnos y caminar durante un rato para activar la circulación. 


Recomendaciones-viajes-largos


- En las personas más propensas se recomienda el uso de medias de compresión que facilitan la circulación. En el peor de los casos, en aquellas personas que ya han sufrido alguna vez un trombo, incluso si notamos que las piernas y pies se hinchan se recomienda tomar algún vasodilatador como la aspirina aunque esto, sin ninguna duda, debemos consultarlo con nuestro médico que conoce mejor nuestro historial y podrá recomendarnos que solución será más efectiva para nuestro caso concreto.

- Referente al punto anterior es recomendable visitar a nuestro médico para comentarle nuestra intención de realizar un viaje largo. Seguro que puede darte las mejores recomendaciones y un conjunto de acciones para que todo vaya como esperamos. 

- Aunque tengamos un espacio reducido es conveniente cambiar la posición de las piernas habitualmente, realizar ejercicios de movilidad flexionando y estirando las piernas, algunos estiramientos tampoco vendrían mal y evitar las posiciones forzadas. Mantener las piernas totalmente estiradas no es la mejor posición, es preferible mantener las piernas con una ligera flexión antes de llegar a estirarlas por completo ya que es una posición más natural que favorecerá el descanso de las piernas.

Llegados al final podemos sacar algunas conclusiones sobre el Síndrome de la Clase Turista. La primera es que existe una afección que se puede producir o agravar cuando viajamos, la segunda que es muy bajo el porcentaje de casos que se producen incluso en personas con mayor riesgo y la tercera que con sencillos hábitos a la hora de viajar podemos prevenirlo de forma sencilla. Y ya sabes, lo mejor que puedes hacer si piensas que estás entre aquellos con mayor riesgo es visitar a tu médico, seguro que él te dará las mejores recomendaciones. ¡Un saludo viajeros!.







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