La Mezquita Azul es sin duda uno de los monumentos más impresionantes de Estambul. A pesar de que existen otras mezquitas con una arquitectura similar e igualmente imponentes en la ciudad, la mezquita impulsada a principios del siglo XVII por el Sultan Ahmed, tiene algunas peculiaridades que hacen que resulte más atractiva que el resto.
Muchas veces nos preguntamos por los motivos por las que un destino incluye como visita obligada unos lugares y no otros. Esto ocurre en Estambul cuando descubrimos, por ejemplo, que la Mezquita de Sülemaniye incorpora una gran cúpula considerada la más alta de la arquitectura otomana o que la Mézquita Nuruosmaniye tiene, según afirman creyentes y expertos, el interior más bello de todas las mezquitas de la ciudad.
Una de las peculiaridades que hacen que la Mezquita Azul sea tan popular se encuentra en su exterior. Descubrimos que es la única con 6 minaretes algo que causó polémica en el momento de su construcción. Tan solo existía un lugar en el mundo que en su momento incorporaba el mismo número de minaretes y era La Meca, el lugar más sagrado del mundo para la religión musulmana.
Al parecer no fue algo intencionado sino un error de entendimiento entre el sultán y su arquitecto Sedefhar Mehmet Aga. Al final el mismo arquitecto fue enviado a La Meca para construir un séptimo minarete y acabar con la polémica que se levantó dentro de la comunidad musulmana.
Es más que posible que su situación sea una razón para ser tan visitada. Se localiza en un área donde se encuentran otros monumentos como Santa Sofía, el Hipódromo o el Palacio Topkapi entre otros. Además, desde el aeropuerto, podemos llegar en muy poco tiempo hasta este área de forma rápida y sencilla.
También facilita mucho saber que su entrada es gratuita, una razón que para algunos no es una ventaja pero para otros, con presupuesto ajustado, es una razón muy respetable para incluirla dentro de su itinerario.
Pero la Mezquita Azul tiene razones de peso para ser visitada además de sus 6 minaretes que al parecer son los más altos del mundo. En su exterior podemos admirar, como elemento central, su cascada de imponentes cúpulas en la que encontramos una principal de 23 metros de diámetro y 43 metros de altura. Esto resulta muy fácil de comprobar al encontrarse en un espacio abierto, podrás fotografiarla desde casi cualquier punto cardinal.
Para entrar al interior debemos dirigirnos al sur ya que la entrada principal está destinada solo para musulmanes. Para ello atravesamos un bonito patio repleto de columnas y arcos que sujetan una galería cubierta con techos abovedados y decorados siguiendo un patrón de elementos simétricos pintados en color rojo.
Entre las facilidades que ofrece la Mezquita Azul para la visita de extranjeros nos encontramos con las prendas que se deben utilizar a la hora de acceder a ella de forma adecuada. Según las normas no se debe entrar con hombros y rodillas destapadas, además las mujeres deben entrar con la cabeza tapada. Esta cuestión se soluciona en la entrada ya que te prestan un gran pañuelo para que no tengas que quedarte fuera si olvidaste traerlo en la maleta. Por cierto, no olvides descalzarte en la entrada.
Aunque hemos tenido la oportunidad de visitar cientos de templos budistas, hinduistas y cristianos reconocemos que las mezquitas eran una asignatura pendiente hasta ahora. Por esta razón no tenemos mucho con lo que comparar pero si podemos contaros nuestra impresión y las razones por las que visitar la mezquita del Sultan Ahmed.
Al primer lugar al que se me fueron los ojos fue a las vidrieras que se reparten por todo el diámetro de la mézquita. Son más de 200 y aunque no sean las originales de la época en que se construyeron sigue siendo impresionante por la cantidad de luz que entra del exterior.
Otro elemento que destaca son las enormes lámparas que se encuentra a unos 3-4 metros del suelo. Estas lámparas de tipo araña aportan luz complementaria al interior y aunque pueda parecer que no concuerdan demasiado con el lugar a nosotros nos ofrecieron bonitos juegos de luces para nuestras fotografías. Tan solo hay que buscar el lugar idóneo y descubrirás que su incorporación favorece para dar un ambiente místico a la mezquita.
Siguiendo los cables y cadenas que sujetan las enormes lámparas llegamos hasta otro elemento que destaca por sus dimensiones, decoración y colorido. Se trata de las bóvedas y medias bóvedas del techo. En este caso nos sobran las palabras ya que las imágenes hablan solas. Según parece hay unos 20.000 azulejos colocados en la mezquita formando los preciosos dibujos que se ven en estas fotos.
De estos azulejos viene el nombre popular de la mezquita ya que una gran parte de ellos son de colores azulados. Es fácil hacer fotos bonitas cuando uno tiene delante semejantes escenarios pero tened en cuenta la luz y afinad el pulso para que no os salgan borrosas, así llegaréis con un buen recuerdo de vuestra visita al llegar a casa.
Al parecer el Sultán Ahmed murió en 1917 muy poco tiempo después de ser construida la mezquita, apenas tuvo tiempo de disfrutarla y esto nos hace pensar sin realmente mereció la pena tal esfuerzo. Queremos pensar que si por dejar un magnífico legado para los seguidores de su religión.
La mezquita se puede visitar todos los días desde las 9:00 de la mañana hasta las 19:00 de la tarde pero tened en cuenta que durante las horas de oración no se podrá acceder. Sería conveniente que antes de visitarla os informarais bien. Suelen ser 6 veces al día y no tienen hora fija porque dependen del sol. Suelen ser antes del amanecer (3:30), al amanecer (6:00), al mediodía (13:00), por la tarde (17:00), antes de irse el sol (20:30) y cuando la luz ha desaparecido (22:00). Estos horarios son orientativos porque, como os digo, varían según las estaciones del año.
Por último cabe destacar su enorme alfombra roja decorada con motivos florales, algo en lo que no todo el mundo repara ya que la tendencia es mirar hacia arriba pero que a nosotros nos llamó la atención por sus dimensiones y el contraste con el resto de elementos de la mezquita.
Ahora ya tenéis algunas razones, junto a información de interés, para no perderos el interior de la
Mezquita Azul, un lugar en
Estambul digno de una visita tranquila, ya sea porque sois amantes de la historia o de la arquitectura religiosa. En cualquiera de los casos estamos seguros de que os sorprenderá. ¡Un saludo viajeros!
Complicado contestar porque es la más famosa. A nivel técnico, parece que la Suleymaniye la supera, pero Sultanahmet, como espejo de Santa Sofia, enmarca una plaza inolvidable. Nosotros también le dedicamos un post. Muy buenos recuerdos de Estambul.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias Jordi por tu respuesta,
EliminarCreo que lo mejor será hacer otro viaje y visitar muchas mezquitas para poder comparar.
Un saludo!!
maravillosa arquitectura ... un gran lujo . .saludos RICKY
ResponderEliminarbuenisimas fotos .... gran trabajo
ResponderEliminar
ResponderEliminarlamparas-en-linea
La sublime iluminación de la Mezquita Azul transforma su arquitectura en una danza de sombras y luces, creando un ambiente celestial. Las lámparas ornamentadas añaden un toque místico, resaltando la magnificencia del lugar sagrado.