En nuestras rutas y viajes en Nepal recorremos las calles del centro histórico de Patán, al sur de Katmandú (Nepal), nos encontramos con una pequeña joya que se encuentra al margen de la popular plaza que reúne gran parte del conjunto histórico de la ciudad conocida como Durbar Square. Tras la figura de dos impresionantes leones mitológicos se abren las puertas de Hiranya Varna Mahavihar, más conocido en occidente como el Templo de Oro.
Habíamos oído hablar de este misterioso templo antes de emprender nuestra ruta por la ciudad pero no sabíamos muy bien su localización exacta. Al llegar a la parte antigua comenzamos a callejear hasta que, casi por casualidad, apareció de la nada de entre otros edificios antiguos. Nos situamos frente a este templo del que se dice que se alimenta a las ratas, algo que ya habíamos oído de algunos templos de India por lo que no teníamos claro que nos íbamos a encontrar.
Tras pagar la entrada al templo traspasamos las preciosas y decoradas puertas que nos conducen a un patio interior custodiado por dos divinidades a lomos de elefantes. Estas dos esculturas nos llamaron la atención nada más entrar pero ya advertimos que todo el conjunto esta repleto de divinidades esculpidas en metal y en piedra. Sin duda este pequeño espacio tiene muchos motivos para vivir momentos muy intensos.
Este Vihar (monasterio) alberga el templo conocido como Ratna Chaitya que se levanta en tres alturas, basta con alzar la vista para comprender porqué se le conoce como el Templo de Oro y tras observarlo unos segundos nos damos cuenta de algunos detalles que no pasan desapercibidos. El reducido espacio de 12 metros cuadrados del patio, un imponente templo que se levanta hacia el cielo y el silencio que invade el recinto nos hacen comprender la gran importancia de este lugar sagrado para los habitantes de la ciudad.
En líneas generales todos los lugares de culto nos infunden respeto, sin importar la religión que se procese en ellos, pero son estos pequeños santuarios los que nos provocan un respeto aún mayor. Puede que la casualidad nos hiciera visitar este lugar en el mejor momento ya que eramos los únicos visitantes ajenos a su comunidad.
En parte te sientes como un extraño que invade un momento místico para las personas que estaban realizando ofrendas a sus dioses en ese momento, esperamos que esas personas supieran captar la intención de nuestra visita que no era otra que aprender de una cultura por la que sentimos admiración.
No son pocas las divinidades que se veneran en este monasterio, no es de extrañar siendo un santuario venerado por hinduistas y budistas. De esta forma nos encontramos con figuras de Buddha en su representación más celestial para la cultura en Nepal conocido como Shree Guru Vajrasattva o la figura de ocho brazos que representa a Shree Amoghapasha Lokeswara.
Otros como Vajrabir Mahakala representan a uno de los defensores de la tierra y el orden perteneciente a la religión hindú pero adoptado a su vez por la religión budista.
Teniendo en cuenta que nos encontramos en un monasterio del siglo XII no es raro encontrarse con todo tipo de esculturas que se han ido conservando durante todo este tiempo y aunque otras son posteriores son igualmente impresionantes. Otro de los detalles que no pueden faltar en este tipo de templos son las conocidas ruedas de oración que los devotos hacen girar mientras rezan sus plegarias.
Y a partir de aquí os dejamos con algunas de esas fotografías de figuras que nos llamaron la atención, una buena muestra de la mitología religiosa que comprende a dioses, semidioses representados por animales y otros detalles del imponente Golden Temple.
No cabe duda de que es una de las visitas imprescindibles en las diversas rutas que se pueden hacer en la ciudad antigua de Patán. Hiranya Varna Mahabihar o el Templo de Oro es una pequeña joya que nos sirve para comprender un poco mejor al pueblo de Nepal, su cultura y sus costumbres tan arraigadas con unos preceptos que ponen en práctica día a día y que les sirven de guía mientras que están en este mundo, uno de esos lugares donde la religión aún conserva su esencia y puede tener algún sentido como forma de vida. ¿No Creéis? ¡Un saludo viajeros!
Estupendo post y fotos. Nos falta Nepal en nuestro currículum y ya debería estar el él!!! Saludos!
ResponderEliminar