Katmandu: Lugares sagrados y sensaciones encontradas a orillas del Río Bagmati
Quiero contaros la historia de un día cualquiera en Katmandu, sentado en un tubo cilíndrico de hormigón a orillas del Río Basmati. Mientras escribo este artículo pienso en las miles de víctimas de los terremotos que se han producido en Nepal en los meses de abril y mayo del presente año, cosa que estoy seguro ahora mismo no entendéis pero si seguís leyendo muy pronto comprenderéis por qué.
Despertamos un día más en la caótica ciudad a los pies del Himalaya. Hoy tenemos pensado visitar el área de Pashupatinath, una zona algo peculiar a ojos de un occidental pero que forma parte de la vida diaria de los habitantes de Katmandu. Desde el barrio de Thamel debemos encaminarnos hacia el este y recorrer alrededor de 5 kilómetros. No hay problema, si no quieres emplear algo más de una hora en hacer este recorrido andando puedes hacerlo en cualquiera de los taxis que se encuentran en el popular barrio que os he mencionado. De esta manera llegarás al área de Pashupatinath en cuestión de quince minutos. Como siempre te dejo un mapa para que te puedas orientar mejor.
El área de Pashupatinath se encuentra bastante alejada del centro turístico de Katmandu pero al contrario de lo que se pueda pensar es una zona de mucho movimiento ya que se encuentra rodeada de barrios comerciales y algunos lugares de visita obligada en la ciudad. Al norte se encuentra el Templo Boudhanath, uno de los más importantes para Nepal y Tibet, al sureste el Aeropuerto Internacional Tribhuvan y al oeste Bhandharkhal Jungle, todos estos lugares están situados a menos de 5-15 minutos caminando de nuestro objetivo. Pashupati Road y Jayabageshwori Marg son las dos vías principales para llegar al lugar y que en el último tramo terminan cruzándose. En este lugar encontrarás un muro con un mapa para obtener las indicaciones de los templos sagrados y lugares que te quiero mostrar.
Descendemos por una de las calles que hemos encontrado en el muro y nos encontramos en pocos minutos ante la puerta de entrada del primero de los templos llamado Pashupatinath, el templo hindú más importante de Nepal y uno de los más importantes del mundo dedicado al Dios Shiva.
Existen algunos templos hindús que no permiten la entrada a aquellos que no procesen su religión. A diferencia de otros meramente turísticos, Pashupatinath es especial porque en él se celebran cremaciones y otras ceremonias que requieren cierta intimidad. Por esta razón es compresible que no quieran convertir este lugar sagrado, donde incineran a sus difuntos, en un circo lleno de cámaras, risas y gente irrespetuosa.
Antes de iniciar esta ruta ya éramos conscientes de que no podíamos entrar en este templo pero pensamos que también se puede descubrir mucho y aprender visitando los alrededores de lugares sagrados como estos.
Tras observar durante unos minutos el ir y venir de la gente a las puertas del templo decidimos rodearlo, siguiendo el curso del Río Bagmati. Nuestra intención, en un principio, era encontrar una zona arbolada desde donde se podía observar parte del interior del Templo Pashupatinath, desde una distancia prudencial.
Descubrimos que en la zona próxima al río había otros templos como el Gorakhnath, Vishworoop o Srhee Guhyeshwori Temple del que te hablaré a continuación. Tras pensarlo bien decidimos no subir esa colina que nos conducía al Templo Pashupatinath, simplemente por una cuestión de respeto ya que no nos pareció adecuado aunque estuviera permitido. Para que no os quedéis con las ganas os enseñamos un par de fotografías que hemos extraído de algunas personas que si lo hicieron.
Continuamos el curso del Río Bagmati hacia el este, un río casi seco ya que lo visitamos en mayo, un mes caluroso justo antes de la época de monzones. Es en este lugar donde hacemos nuestra parada, decididos únicamente a observar lo que ocurría en los alrededores.
En la orilla opuesta del río no existen muchas posibilidades de encontrar un buen lugar para observar, más allá de unos tubos cilíndricos de hormigón que a nosotros nos parecieron perfectos para la ocasión y que se encontraban justo delante de Guhyeshwori Temple . Para poneros en contexto lo mejor es contaros lo que vimos sin ceñirnos a ningún guión pues, como comentamos al principio todo se mezcla en tu cabeza, todo es un montón de sensaciones encontradas que en un principio cuesta bastante asimilar.
Como puede ser comprensible, en lo primero que nos fijamos es en la actividad de Guhyeshwori Temple. Destacan sobre todo los grupos de mujeres engalanadas con sus mejores vestidos que atraviesan sus puertas. Son las más numerosas aunque también los hombres visitan este templo de culto que también sirve de puerta trasera para llegar hasta Pashupatinath Temple.
Estos lugares sagrados son objeto de peregrinación para la comunidad hindú de todo el mundo y a la vez lugar de despedida, donde los difuntos abandonan la forma que conocemos para pasar a otro nivel superior. Es inevitable pensar en todo ello estando delante de construcciones con más de 15 siglos de antigüedad. Culturas y costumbres muy antiguas que merecen por nuestra parte un profundo respeto.
Pasada una media hora desde nuestra llegada la mente se dispersa y empezamos a observar otros detalles que se van produciendo a lo largo del Río Bagmati. ¿Cómo contaros esto para que tenga cierta lógica? A un lado observamos a varios niños bañándose y jugando desnudos en una charca (por razones obvias no mostramos ninguna imagen sobre esto). Los monos corretean por las escalinatas a orillas del río y se pelean por cualquier trozo de comida que encuentran entre la basura y los escombros. Una vaca bebe de un río muy contaminado ya que, lamentablemente se usa como vertedero, al igual que ocurre en otros ríos sagrados como el Vanarasi en la India. Es algo que siempre me ha llamado la atención ya que las aguas de estos ríos sagrados sirven para el baño y cuyo
objetivo es el de purificar el alma.
A estas alturas y con los detalles que os hemos contado podéis empezar a entender por qué hablamos de sensaciones encontradas. La historia continúa con la llegada de nuestro amigo "Sunny". Hoy conocemos su nombre pero en el momento era un niño desconocido para nosotros y posiblemente también en su propio barrio. Sunny se acercó a nosotros y nos preguntó como nos llamábamos. Descubrimos a un chico desgarbado vestido con la camiseta y el pantalón de un equipo de fútbol europeo que ahora no recuerdo. El chico muestra su curiosidad y al mismo tiempo su hiperactividad. En un momento le perdimos la pista hasta que oímos unos gritos. Era él que nos llamaba colgado bajo el puente y a algunos metros sobre el río que cruza el Río Bagmati. Nos quedamos alucinados con este joven que al poco tiempo volvió a desaparecer para volver a llamarnos tras encaramarse a un árbol y sacar la cabeza por encima del mismo.
Al rato regresó y nos preguntó si teníamos hambre, al tiempo que intentaba abrir un coco que había cogido de la basura que había alrededor del río. Después de una larga charla sobre que hacía, por qué no estaba en el colegio y otras cuantas preguntas que respondía entre risas y que nos contagiaban no tardó mucho en pedirnos algo de dinero. Nos aseguró que lo quería para comprar lápices de colores a lo que nosotros le preguntamos que si no sería para comprar chucherías. Sunny bajo la cabeza y no fue capaz de mentirnos otra vez. Resolvimos el asunto diciéndole que con lo que le dábamos comprara las dos cosas y él nos contesto con un sí rotundo.
A todo esto descubrimos que llevábamos allí algo más de 2 horas, sentados en un cilindro de hormigón y viendo como transcurría el día en un lugar cualquiera de la caótica Katmandu. Nos dio tiempo a contemplar las humaredas procedentes de Pashupatinath, algo que recuerdo un año después mientras escribo estas líneas, pensando en las víctimas de los recientes terremotos y que irremediablemente verán como sus cenizas acaban en este templo mucho antes de lo que tenían planeado.
Creo que este relato sobre Katmandu y sus lugares sagrados es el que más me ha costado escribir en mucho tiempo, ya que se unen un montón de sensaciones encontradas del tiempo pasado y presente. Sirva como homenaje para Nepal, sus gentes, sus costumbres, sus maravillosos paisajes y en especial para que no caiga en el olvido un extraordinario y generoso país que siempre ofrece lo mejor y al que tantas veces la naturaleza se lo ha arrebatado todo. ¡Un saludo viajeros!
qué post más interesante! Me llama mucho la atención esa zona de asia, tan diferente y exótica. Otro ritmo. Muy buenos contenidos, me encanta el blog como Guia
ResponderEliminarGracias Jorge, un placer servirte de ayuda.
EliminarUn saludo!!