Dioses y demonios en la Puerta Sur de Angkor Thom
Uno de los elementos arquitectónicos más impresionantes que podemos encontrar en la antigua ciudad de Angkor (Camboya) se encuentra en las murallas que rodean la ciudad real conocida como Angkor Thom. Las murallas se construyeron para proteger al imperio de ataques y preservar los diferentes elementos arquitectónicos que ya en alguna ocasión necesitaron ser reconstruídos. En ella se construyeron 4 puertas, una por cada punto cardinal junto a una 5 puerta llamada Victory Gate. Pero la más imponente y mejor conservada de todas es la Puerta Sur, una entrada custodiada por dioses y demonios, el bien y el mal, donde las energías confluyen para mantener el equilibrio del universo y donde las gigantescas caras de piedra situadas sobre la entrada vigilan a todo aquel que atraviesa sus muros.
Recorremos la carretera Charles de Gaulle que une la turística localidad de Siem Reap con la ciudad antigua de Angkor. Muy pronto llegamos al inmenso lago rectangular que rodea el templo sagrado y una de las maravillas arquitectónicas de nuestro planeta llamado Angkor Wat. Pero este templo no es el objetivo de este artículo, lo dejamos a nuestra derecha y seguimos la carretera que nos llevará hasta la que fue nuestra primera parada y una de las construcciones que más nos impresionó.
Nos detuvimos antes de llegar a la entrada, justo antes de cruzar el puente que se encuentra sobre un foso que rodea toda la ciudad. En otros tiempos este foso era el hogar del cocodrilo siamés lo que obligaba a cualquier ejército invasor a tener que cruzar por cualquiera de las entradas vigiladas y evitando así posibles ataques sorpresa ya que hablamos de 9 km cuadrados de muralla.
Lo primero que ves al acercarte, incluso a decenas de metros antes de llegar, es el enorme Gopura de la entrada (Torre ornamental de origen hindú que da acceso a una construcción sagrada). Pero estando a las puertas nuestra atención se desvía hacia los márgenes del puente porque allí encontramos la representación de una conocida leyenda hindú que habla sobre el equilibrio del universo.
Al lado izquierdo 54 Devas (dioses) y al lado derecho 54 Asuras (demonios) tallados en piedra representando el Samudra Mantanha (Batido del Oceano). En sus manos la reina serpiente Vasuki de la cual tiran en sentidos opuestos para mantener el equilibrio. La leyenda es mucho más compleja de lo que aquí os cuento pero nos sirve para entender cómo el hinduismo, llegado de India mucho tiempo atrás gracias a las rutas comerciales abiertas que llegaban hasta China, influyeron en la vida de los camboyanos y especialmente en su arquitectura.
Cruzamos el puente y nos acercamos hasta el gopura. En su punto mas alto encontramos cuatro enormes caras de piedra orientadas a los puntos cardinales. Existen muchas teorías sobre la figura que representan, una de ellas es que representan al Rey Jayavarman VII y no sería de extrañar ya que fue él quien fortificó la ciudad pero otras hablan de dioses hindús como Brahma. No se sabe a ciencia cierta pero lo que si es seguro es que estas caras impresionan hasta el punto de producirte cierto respeto el hecho de atravesar las murallas. Si así nos recibía la ciudad antigua de Angkor Thom ¿qué sería lo que nos esperaba en su interior? ¿Sería incluso más impresionante?
A ambos lados de la puerta, justo debajo de las caras de piedra, encontramos la figura del elefante blanco de tres cabezas conocido como Airavata en la mitología hindú o Erawan como se le conoce en Tailandia. Este elefante protector era capaz de crear las nubes y habitualmente se representa en el hinduismo como la montura del Dios Indra (el rey de los devas), ambos guerreros y protectores, muy venerados por los practicantes de dicha religión.
No se exactamente cuanto tiempo estuvimos ante la puerta sur pero fácilmente pudo ser más de una hora. No solo es una construcción fascinante rodeada de mitos y leyendas, el entorno también tiene algo, digamos especial por no usar el término mágico ya que este queda en la imaginación de cada uno, lo que si sé es que costaba alejarse de aquel lugar.
Nos asomamos a ambos lados del puente, siempre con la presente mirada de dioses y demonios. Recorrimos uno a uno para encontrar algunos de los mejor conservados y así mostraros las imágenes que véis aquí. Mirando a lo lejos el foso casi se perdía en el horizonte lo que nos daba una idea de las impresionantes proporciones de este recinto de 3 km x 3 km. Pensamos que iba a ser difícil recorrer cada uno de los rincones de la ciudad pero después de esta primera e inspiradora parada teníamos claro que lo íbamos a intentar.
Nos encontrábamos a las puertas de un ciudad perdida en la jungla camboyana durante tiempo, un viaje extraordinario que nos transportaría a un mundo nuevo y desconocido, la Puerta Sur de Angkor Thom sería el punto de partida para descubrir el que sería ser el lugar más fascinante que hasta la fecha hemos visitado. Nosotros ya la hemos cruzado, tuvimos el honor de adentrarnos en un mundo del que nos separan más de 10 siglos y aunque solo sea a través de sus piedras ahora comprendemos mucho mejor como vivieron sus habitantes. Ya sabéis, Angkor sigue ahí para ser descubierta por todo aquel que quiera emprender este viaje en el tiempo. ¿Os atrevéis a cruzar la puerta?. ¡Un saludo viajeros!.
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