He de confesaros que este artículo es uno de esos en los que uno se siente un poco fuera de lugar, no porque no haya disfrutado hacíéndolo sino porque parte de lo que voy a tratar de contaros requiere de unos conocimientos para hacerlo que por desgracia no tengo. Nos encontramos en Girona, en la Comarca del Alto Ampurdán, hoy los verdaderos protagonistas son los sentidos del gusto y de la vista con los que viviremos una intensa experiencia "entre vinos y pinceles".
Horas antes de empezar este tour acabábamos de vivir una de esas experiencias que te marcan para siempre. Si habéis seguido los capítulos anteriores sobre el blogtrip "Cataluña Experience" sabréis que hemos tenido la oportunidad de saltar en paracaídas y volar sobre los cielos de Empuria Brava. Después de algo así uno piensa que ya es difícil que le sorprendan pero, nada hay mas lejos de la realidad si eres de los que se deja llevar mientras disfruta del maravilloso arte de viajar.
Estamos en Mollet de Peralada, aproximadamente a unos 20 kilómetros de la encantadora Bahía de Rosas hacia el interior, con el fin de descubrir los encantos de esta tierra conocida por sus viñedos con Denominación de Origen Empordà a través de uno de sus mejores referentes. Nos encontramos en la "Bodega La Vinyeta".
A nuestra llegada nos recibe Josep Serra, enólogo y propietario de "La Vinyeta". Tras las debidas presentaciones nos cuenta un poco sobre como con mucho esfuerzo, paciencia y dedicación ha conseguido reabrir unas bodegas perdidas en el olvido durante el paso del tiempo. Nos cuenta el difícil camino que ha seguido hasta convertirse en una bodega con nombre y estilo propio.
Confieso que nunca he sido demasiado consumidor de vinos (de ahí las palabras con las que he abierto este artículo) y posiblemente sea algo imperdonable teniendo lo que tenemos en nuestro país, por eso voy a tratar de contaros mi experiencia dejando al margen cuestiones técnicas que podría deciros buscándolas en internet y que podéis hacer vosotros mismos.
Es el turno de comprobar todo lo que os he contado hasta ahora. Disfrutamos de un fenomenal almuerzo en el que tuvimos la oportunidad de probar varios vinos de fabricación propia. Aún sin ser un gran catador pude distinguirlos con facilidad. Quizás el acompañamiento o quizás las magistrales clases de Josep hicieron que estuviera predispuesto a apreciarlos con mayor intensidad.
Es el turno de volver a la costa. Nos vamos hasta el Municipio de Cadaqués, el punto mas oriental de España, donde vamos a vivir una experiencia muy diferente pero igual de intensa. Nuestra primera parada la hacemos en Portlligat situado en una pequeña cala del Cabo de Créus y donde vamos a conocer el lugar de residencia de uno de los artistas mas importantes de nuestro país. Nuestros ojos tienes el privilegio de contemplar los paisajes con los que, en muchas ocasiones, se inspiró Salvador Dalí.
Comenzamos a descubrir sus espacios interiores y uno no tarda mucho tiempo en darse cuenta del peculiar estilo que tenía a la hora de decorar sus estancias. Tampoco cuesta darse cuenta de la importancia de tener tu propia personalidad a la hora de conseguir cosas importantes. Solo siendo como uno es puede diferenciarse de los demás y quizás, con un poco de suerte, lo que hagas en esta vida dejará una huella irrepetible en los demás.
Después de nuestra visita a la Casa Museo de Salvador Dalí nos quedamos disfrutando durante un buen rato en esas numerosas terrazas y patios que os comentaba. Trato por unos momentos de intentar captar parte de la esencia que llevó al artista a realizar su obra. La misión es difícil, por mucho que me esfuerce no seré capaz nunca de mirar con los mismo ojos que él lo hizo.
Muchos lo consideran un loco excéntrico, otros lo consideran un maestro y un genio, lo que no me cabe duda y, esto es algo en lo que creo que coincidimos la gran mayoría, es que Salvador Dalí fue un artista único e irrepetible.
Después de la experiencia en paracaídas, el buen hacer de unas bodegas con nombre propio y la visita a la casa de uno de los más grandes artistas de nuestro país solo nos quedaba una cosa por hacer. Nos acercamos hasta la localidad de Cadaqués para disfrutar de lo que quedaba de día.
Podrás descubrirlo a simple vista si te acercas hasta aquí ya que encontrarás pequeños y acogedores establecimientos donde encontrar, con un poco de suerte, esa pequeña obra de artesanía que todos buscamos en nuestros viajes y que no hemos visto nunca en ninguna otra parte.
Una de las imágenes mas evocadoras la encuentro en el mirador de la Iglesia de Santa María. Una bonita forma de terminar el día y de empezar a echar la vista atrás para recordar todo lo que hemos tenido la oportunidad de descubrir.
Si tuviera que definir en pocas palabras lo que me ha inspirado la visita al Alto Ampurdán creo que lo resumiría en un silencio profundo pues, esta vez, era el turno de disfrutar de los sentidos sin decir apenas nada. La calidez, tranquilidad y belleza de los lugares que hemos visitado, acompañados del ingenio y la personalidad de sus gentes, han hecho que esta experiencia llamada "Entre vinos y pinceles" haya resultado ser definitivamente... única!!
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Un saludo viajeros!!!
Curiosamente de la locura y situaciones extremas han salido los mejores artistas, poetas, escritores etc...Un reportaje estupendo. No hace falta ser entendido, para entender y dar a entender.
ResponderEliminarUn saludo.
Toda la razón,
ResponderEliminarA veces llaman loco al que mas cuerdo está y es por ignorancia y por no saber mirar la vida con otros ojos.
Un saludo!
Gracias a la "locura" tan extravagante de Salvador Dalí, podemos disfrutar de verdaderas obras de arte. Pocos plasman sus sueños en algo material.
ResponderEliminarGracias, Miguel. Tu post de hoy invita a la reflexión.
Un saludo, viajero!!!